el roble añejo

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Soy el  niño que escribe

versos a las sombras

a las estrellas que ya no están

porque se fueron.

Soy el hombre que pasea

con dos pasos

con el amor lleno de coronas

con las alegrías de una nueva primavera.

Y al llegar al recodo del bosque

un roble añejo me susurra al oído

que el reloj es algo pequeño

y que al tiempo se lo comen las nubes.

vida 3

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El bosque está callado,
sus ramas son espumas blancas
tiene espinas en sus brazos
alfombras verdes en su estómago
y las pisadas recientes de un niño.

El bosque está callado,
con la cautela de los labios de piedra
con el yugo de los murciélagos
deja que los pájaros
se hagan casas de viento.

Y al salir de sus brazos ,
después de comernos los senderos
se abren las carnes
y aparece la vida azul.