Un vigía de labios ciegos
lee un libro de poemas azules
mientras por los estrechos acantilados
donde no caben ni los pájaros
avanzan nubes pesadas como estatuas.
Se abrieron las nubes y surgieron fotogramas de agua y versos de sal
Un vigía de labios ciegos
lee un libro de poemas azules
mientras por los estrechos acantilados
donde no caben ni los pájaros
avanzan nubes pesadas como estatuas.
Lo que piensa un caballo de un muro,
para que ponéis fronteras a vuestros pasos
si no conocéis la vida de los pájaros