nadie

Cuando conocí a Nadie

mis sueños eran arena

mi rostro era de azulejos

y habitaba en mi la somnolencia.

Ella me enseñó mis espejos

el color de las pasiones

el despertar

silencioso de los cabellos .

Por eso aunque vivamos

en distintos mares

siempre formara parte

de mis tatuajes.