Atravesaba con paciencia el cielo
con el sosiego del paso del tiempo.
Su corazón pleno de piedras
y en sus pulmones la monotonía del rezo.
Tenía el silencio suficiente
para acompañar a las nubes
en su viaje eterno.
Se abrieron las nubes y surgieron fotogramas de agua y versos de sal
Atravesaba con paciencia el cielo
con el sosiego del paso del tiempo.
Su corazón pleno de piedras
y en sus pulmones la monotonía del rezo.
Tenía el silencio suficiente
para acompañar a las nubes
en su viaje eterno.
A veces soy pez
otras barco que se duerme
a veces soy ola con resaca
otras buceador de caracolas.
Una vez quise ser un Dios
y se me durmieron los sueños
Comprábamos trozos de cielo
panes recién hechos
huellas de piel, flautas sin viento,
comprábamos agua con sabores y vestidos huecos
comprábamos relojes sin tiempo
y al finalizar la mañana.
Nos comprábamos los versos
Barrios
Tatuajes de un paisaje hueco
Fantasmas en los descansillos
Odios tempranos, golpes en la pared
Plazas sin sueño, muros apagados
Bicicletas escuchando el latir del tiempo.
Barrios
Gente diferente haciendo lo mismo;
construyéndole rutinas al tiempo.
Fuimos a derribar el muro
con nuestros fusiles de viento
con el deseo de nuevos paisajes tiernos
con las cuencas de los ojos de un niño
entre la muerte salada
y la melancolía de un folio en blanco.
Y cuando llegamos al otro lado
los sueños eran pájaros de arena.
Llueve en Berlín
se mojan los silencios de los edificios viejos
los cristales lloran bajo paraguas abiertos
y nunca escampa
y el sol es un acertijo.
Llueve en Berlín
y nuestras pieles sabían a agua.